Puede que sientas que has llegado a tu límite, que te invada la tristeza, la sobrecarga, la desesperanza, el miedo, el cansancio, agotamiento, el vacío, la culpa, la confusión, la soledad, una sensación de colapso, de no poder más, de que las cosas nunca van a mejorar para ti, de que estarías mejor no estando… pues bien, que sepas que esas emociones son totalmente válidas, aunque muy duras de sentir. Estás pasando por un momento realmente duro, pero lo desagradable es el momento, no tú, ni el resto de tu vida.

Aunque comprendo que ahora mismo no consigas verlas, ni ver luz, hay soluciones a tu alcance, créeme. Date la oportunidad de ser entrenado por un buen profesional, no uno cualquiera, y aunque ya hayas tenido experiencias previas en ello y no hayan sido lo efectivas que esperabas. El problema NO ERES TÚ.

Date una oportunidad. Te la mereces. Yo también he estado ahí. Y hay salida, te lo prometo.